Miremos la foto detenidamente. Una clase atestada de niños y niñas, limpios, atentos y participantes. Es un asunto importante, ya que ese asiento en el que están es lo más valioso que tienen, pues es la puerta a su independencia, a su libertad, a la posibilidad de desarrollar todo su talento, de inventar soluciones viables a los problemas de su casa, de su aldea; del mundo, quizás.
Sentarse en esos bancos es el comienzo de un camino que no debería estar cerrado ni prohibido para nadie - ni por su sexo/género ni situación económica de miseria que obligue a trabajar en la edad de estar en la escuela -, ya que es la única llave que va a abrir todas las puertas del mundo.
Por todo ello, hemos decidido participar en Euroscola con la iniciativa de concienciar sobre la importancia de la educación de todos los seres humanos y su papel en el desarrollo de los pueblos.
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